miércoles, 17 de abril de 2013

El Té y sus variedades

El  es una infusión de las hojas y brotes de la planta del té (Camellia sinensis). La popularidad de esta bebida es solamente sobrepasada por el agua. Su sabor es fresco, ligeramente amargo y astringente; este gusto es agradable para mucha gente.
Té negro:  es la variedad más común de té y la que se suele utilizar para mezclas con otras variedades, esencias e incluso frutos. El té fermentado en su totalidad a partir de las hojas de Camellia assamica es el té negro. Por lo tanto, si además del secado y macerado de las hojas se deja un tiempo para que sus componentes reaccionen entre sí, se da el proceso de oxidación, conocido como "fermentación" (aunque no participan en él ni bacterias ni levaduras).
Té verde: si se quiere conseguir este tipo, justo después de la cosecha se secan las hojas, se enrollan y se aplica calor, con el fin de evitar el proceso de oxidación.
Té blanco: si se obvian los últimos pasos de la elaboración del té verde, se obtiene el té más sencillo que existe, el té blanco, al que solo se aplica el secado inicial.

Té rojo: conocida también con el nombre de pu-erh, esta variedad se caracteriza por un proceso de fermentación muy largo, que dura varios años. Este té es quizá de los más peculiares, tanto por su forma de presentación (en bolas o ladrillos compactos), como por su sabor terroso y su color rojizo.

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